Un hábito que cambiará no sólo tu figura, sino tu ánimo y energía, sin duda alguna, es el ejercicio. Destinar un espacio para practicar algún deporte o actividad física cambiará por completo tu día y tu cuerpo te lo agradecerá; ya sea que prefieras hacerlo a muy temprana hora, durante la tarde o incluso por la noche.

La constancia lo es todo

Algunas personas dicen que les va mejor realizar actividades físicas a primera hora del día, pues de esta manera recargan pilas y les da energía durante su día, lo cual es verdad. Pero, si sencillamente no dispones de tiempo durante la mañana o tu predilección va más hacia la tarde o noche está bien, el punto es realizarlo.

Lo ideal y para que veas resultados físicos (aunque recordemos que la razón de hacer ejercicio debería ser más por salud que por un cuerpo bonito) es hacerlo cinco días a la semana y si puedes seis ¡qué mejor! dándole así un día de descanso a tu cuerpo. El descanso también es primordial para la recuperación de tus músculos.

Ya sé que para algunos el ejercicio resulta aburrido o simplemente la motivación no les llega, pero basta que un día te armes de valor, de disciplina y tomes así la decisión de comenzar y no desistir, se trata de una promesa honesta contigo mismo. Es importante tener en cuenta que los cambios no se producen de un día a otro, ya sea en el deporte o en cualquier actividad que hagas, pero la constancia y disciplina te harán llegar al resultado deseado.

Cuando a mí me preguntan cómo le hago para mantenerme fiel a mis rutinas sin perder la motivación, siempre he compartido que se debe a que me pongo metas y objetivos alcanzables. Esto es básico, porque ir paso a paso y ver que logras un objetivo te da el impulso para continuar y seguir alcanzando tus metas. Es importante que los propósitos y metas que te fijes sean realistas; de lo contrario, no verás resultado, te desalentarás y en consecuencia tirarás la toalla fácilmente, pues un objetivo que no es realista no es sostenible en el tiempo.

Voluntad y disciplina

Recuerda cuántas veces te has hecho el propósito de hacer ejercicio. Pregúntate, ¿qué te ha hecho desistir? ¿por qué te detuviste? Es muy común que cada que inicia el año, los gimnasios se abarrotan, todos queremos bajar esos kilos de más por todos los antojos y placeres que nos dimos en diciembre, pero, ¿por qué en febrero vemos menos personas, en marzo solo unos cuantos y para abril de plano ya muchos desertaron?

En el ejercicio como en la vida y en cualquier sueño u objetivo que tú tengas se trata de voluntad y disciplina, pretextos y excusas hay muchas, pero cuando realmente se quiere, se puede y el ejercicio es un básico en nuestra rutina diaria no sólo para estar en forma sino para conservar nuestra salud y, de hecho, mantener fuerte a nuestro sistema inmunológico. Además, al realizar ejercicio liberamos endorfinas, las cuales nos producen esa sensación de bienestar y nos inyectan energía.

La actividad física nos brinda muchos beneficios, te invito a que lo hagas y realices el deporte que más te guste, no el que esté de moda, no el que tus amigos practiquen (si no es el que te agrada); la idea es pasártelo bien y disfrutarlo. Nada peor que hacer algo que no nos gusta, opciones hay muchas, seguro que habrá alguna que encaje contigo: el gym, nadar, correr, basquetbol, cardio, zumba, pilates, yoga; en fin, por alternativas no paramos.

Muchas veces nos engañamos diciéndonos “el próximo lunes empiezo”, pero, si no lo haces hoy, ¿qué te hace pensar que lo vas a hacer mañana? Te invito a que sumes el ejercicio a tu rutina y a que veas los beneficios que puede traer a tu vida, no sólo físicos sino emocionales y hasta psicológicos.

¿Te animas?